miércoles, 13 de mayo de 2009

7. LA COLONIA: El Barroco

Aquí les dejó un poema que es para pensar. Fue escrito por la mejor representante del Barroco en Latinoamerica. Espero que lo podamos comentar el clase.


En un período de aproximadamente ciento cincuenta años (1600-1750) predominó en la literatura hispanoamericana el estilo barroco. Góngora, Quevedo y Calderón de la Barca son los autores de mayor influencia en la literatura de esta época.

Poesía

Como una etapa intermedia entre el Renacimiento y el Barroco se puede distinguir el llamado estilo manierista, que, entre fines del siglo XVI y principios del XVII, creó un arte y una literatura que aspiraban a una mayor expresividad, complaciéndose en lo insólito y a veces artificioso. Así, frente al clasicismo renacentista, empezó a prevalecer el anticlasicismo, la subjetividad en el tratamiento de los temas, junto a una excesiva ornamentación y dinamismo.

En este período de acomodación a las nuevas inquietudes artísticas se puede situar la poesía épica de dos españoles que residieron en América desde muy pronto: Bernardo de Balbuena, autor de la Grandeza mexicana y el Bernardo, y fray Diego de Hojeda, que publicó una epopeya religiosa, La Cristiada.

Por lo que respecta a la poesía lírica, con el único antecedente de Mateo Rosas de Oquendo, su manifestación es netamente barroca, más aún si tenemos en cuenta que dentro de ella resalta la figura más sobresaliente y representativa del barroco latinoamericano y quizá de toda la larga etapa colonial: sor Juana Inés de la Cruz.

Además, destacan otros poetas como fray Miguel de Guevara en México, el colombiano Hernando Domínguez Camargo o el argentino Luis de Tejeda y Guzmán. Asimismo, sobresale en Perú Juan del Valle Caviedes, caracterizado por una poesía de tono festivo y satírico, y en Colombia, sor Francisca Josefa del Castillo y Guevara, autora de poemas místicos.

Narrativa

El contexto artístico de la época, en el que el estilo renacentista ha dejado paso a un estilo barroco, se deja sentir también en las obras con elementos narrativos.

Entre los autores más representativos están Diego Dávalos y Figueroa, cuya Miscelánea austral presenta interés por la narración de hechos reales e imaginarios, o Bernardo de Balbuena, que escribe el Siglo de Oro en las selvas de Erífile, una especie de novela pastoril.

Destacan también Juan Rodríguez Freile, autor colombiano que publicó El carnero, primera obra de carácter narrativo de importancia; Francisco Bramón; Juan de Palafox y Mendoza, y el chileno Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, quien emplea sus propias experiencias entre los indios araucanos en su relato Cautiverio feliz y razón individual de las guerras dilatadas del reino de Chile. Asimismo, Carlos de Sigüenza y Góngora, erudito mexicano y amigo de sor Juana, dejó una importante obra, entre la que destaca su relato breve Los infortunios de Alonso Ramírez (1690). En ella narra las aventuras de un marino puertorriqueño desde Filipinas hasta Yucatán, y de los padecimientos sufridos en poder de piratas ingleses.

Teatro

Por un lado, sigue manteniéndose un teatro religioso, con el mismo objetivo social y educativo. Pero, a pesar de ello, cada vez se hace sentir con mayor fuerza un teatro profano, de vertientes históricas y mitológicas. Dos nombres de excepción dan más brillo 212 a esta época: Juan Ruiz de Alarcón y sor Juana Inés de la Cruz.

  • Juan Ruiz de Alarcón (México 1581-Madrid 1639) realiza la casi totalidad de su obra en España. Este hecho ha sido motivo suficiente para que surgiesen múltiples discusiones sobre su personalidad como escritor latinoamericano o español. Entre sus obras, la que más resalta por su difusión y los tipos empleados es La verdad sospechosa. Alarcón resuelve los enredos de sus comedias con gran habilidad, sirviéndose sobre todo de los diálogos.

  • También sobresalió sor Juana Inés de la Cruz en su producción teatral, que está compuesta fundamentalmente por dos obras. Los empeños de una casa (1683) es una divertida comedia de enredo amoroso, de capa y espada, donde se revela la huella calderoniana. En ella, sor Juana inserta elementos autobiográficos. La segunda, también comedia, se titula Amor es más laberinto (1689), y es una recreación de la leyenda mitológica sobre Teseo y Ariadna. Además, escribe tres autos: El Divino Narciso (1689), de ambiente pastoril, en el cual desarrolla peculiarmente el mito de Narciso; El mártir del Sacramento, San Hermenegildo, auto biográfico, y El cetro de José, auto bíblico.

  • Otros dramaturgos destacados fueron Diego de Ocaña, Francisco Bramón, Matías de Bocanegra, Fernando Fernández de Valenzuela, Juan de Espinosa Medrano, Juan del Valle Caviedes, Pedro de Peralta y Barnuevo, Lorenzo de las Llamosas, Josefa de Azaña y Llano, Santiago de Pita y fray Francisco de Castillo.

ACTIVIDADES
1.  Con la información que acabas de leer construye un mapa conceptual.  No olvides que los mapas conceptuales tienen conectores.



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